Después de esta semana pasada cargada de emoción, de carreras entre desfiles, de madrugones y dolores de espalda por llevar demasiado tiempo la cámara colgada, de dietas a base de fresas con azúcar y solan de cabras... lo que nos deja en claro es que si de verdad no eres un fashionista, un empollón o enamorado empedernido (como prefiráis) de la moda, no aguantas la maratón al COMPLETO de MBFW.
Pero todo vuelve a sus orígenes, y aquí estamos otra vez, tras este paréntesis de caos y lujo.
Aún no tengo cargadas todas las fotos, por eso quiero aprovechar la oportunidad para enseñaros, en este post, una de mis prendas fetiche del invierno:
Lo cierto es que no es muy respetado entre mis círculos habituales, suele ser objeto de burlas por ser demasiado alarmante, incluso dicen que no pegamos demasiado. Pero yo sigo enamorada de él, como el primer día.